domingo, 30 de mayo de 2010

PROCESOS ESENCIALES: CICLO DEL AGUA

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Ciclo Hidrológico


El ciclo hidrológico o ciclo de agua, es el movimiento constante del agua en la Tierra. Su fuerza propulsora es la acción conjunta de la energía solar y la fuerza de gravedad, las cuales transforman continuamente el agua de un estado físico a otro y la desplazan entre el océano, el aire, el suelo y los seres vivos.

El ciclo de agua comienza cuando el agua que se encuentra presente en la atmósfera se precipita sobre la Tierra en forma líquida (lluvia) o sólida (nieve o granizo). Posteriormente, el agua e eleva hacia la atmósfera mediante de la evaporación del agua de los océanos y de la evapotranspiración y sublimación (transición directa del estado sólido al gaseoso, sin pasar por el estado líquido) del agua de los continentes. Una vez que llega forma de vapor a la atmósfera, se enfría, se condensa y se precipita nuevamente sobre las superficies de continentes y océanos.

Es importante mencionar que, un punto de vista global, la evaporación es mayor a la precipitación y que el tiempo promedio que una molécula de agua puede permanecer en los distintos tramos del ciclo es el siguiente: en atmósfera, de 9 -10 días; en ríos, de 12-20 días; en lagos, de 1-100 años; en mantos acuíferos, 300 años y en océanos, hasta 3,000 años.


Procesos del ciclo hidrológico

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  • Procesos que se llevan acabo

Los procesos se llevan acabo durante el ciclo hidrológico son:

Evaporación: Constituye el proceso por el cual el agua pasa del estado líquido al gaseoso. El agua en forma de vapor proviene principalmente de los océanos y, en menor cantidad, de los ríos y lagos; así como de la transpiración de las plantas (evapotranspiración). El vapor es generado por la incidencia del Sol y el aire sobre el agua y se produce en mayor cantidad al aumentar la temperatura y velocidad del aire. Así, en las regiones ecuatoriales de los océanos, se evaporan el equivalente a aproximadamente dos metros de espesor anualmente. En el Mediterráneo, se evapora un volumen de un metro y medio en el mismo intervalo de tiempo; mientras que en las latitudes altas, la cantidad declina hasta alcanzar un índice pequeño de evaporación que se da en las aguas frías próximas a los polos.

Condensación: Consiste en la transformación del agua del estado gaseoso al líquido, como resultado de los cambios de presión y temperatura ambientales. En su movimiento ascendente, las masas de aire van cargadas de vapor de agua y, al encontrarse con masas de aire frío, el vapor se enfría y se transforma a su estado líquido. No obstante, para que esto suceda, es necesario un núcleo de condensación, que puede ser tan insignificante como una partícula de polvo. Si la temperatura es superior a 0ºC, se forma una gotita de agua; las gotas se unen y pueden convertirse en humedad, niebla, neblina, rocío, escarcha o nubes.

Precipitación: Se presenta cuando llega a formarse una gran cantidad de pequeñas gotas, las cuales se van uniendo en una sola, aumentando su tamaño y peso, de modo que, cuando ya es demasiado grande, tiende a precipitarse a Tierra en forma de lluvia. Sin embargo, también se puede convertir en humedad, niebla, neblina o rocío y si, la temperatura atmosférica es baja, el agua se precipitará como nieve o granizo. Conforme cae la lluvia, parte de ella se evapora y regresa de nuevo hacia la atmósfera o es utilizada por los seres vivos.

Escorrentía: Cuando la lluvia se precipita, produce una intensa acción erosiva en las partes más altas de las montañas y se desliza por las laderas; transporta todos los materiales disgregados que encuentra a su paso y traza un camino (lecho del río).

Filtración: Ocurre cuando las aguas superficiales se sobrecargan debido a la lluvia, penetran la capa vegetal y el suelo, a través de partículas de tierra, arena, grava, o por las grietas de las rocas, hasta llegar a una zona en la que el suelo contenga agua. Así, alimentan las corrientes o capas subterráneas y forman los acuíferos o depósitos subterráneos que, posteriormente, llegan a brotar en cascadas o manantiales y, al igual que las aguas superficiales, van a dar finalmente al océano.

Cada año se evaporan 500,000 Km3 de agua, con un valor medio de 980 mm, lo que significaría como si toda la Tierra estuviera rodeada por una capa de 980 mm de agua (casi un metro) y se evaporaran a lo largo del año. Sin embargo, en la atmósfera permanecen constantemente 12,000 Km3 de agua en estado gaseoso, lo que implica que la misma cantidad de 500,000 Km3 que se ha evaporado vuelve a caer en forma de precipitaciones a lo largo del año. Cabe señalar que la distribución de la evaporación y de la precipitación en todo el planeta es irregular, especialmente en los continentes: mientras que en las zonas desérticas hay menos precipitación (200 mm), en algunas zonas selváticas llueve 6000 mm o más de agua.

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  • Estados del agua

Intervención del ser humano en el ciclo del agua

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El ser humano interviene en el ciclo del agua las siguiente formas:

  • Retirando grandes cantidades de agua dulce de ríos, lagos y acuíferos. En áreas densamente pobladas o irrigadas ha sido tan grande la cantidad de agua extraída que se han agotado los mantos freáticos y otros cuerpos de agua.
  • Removiendo la vegetación del suelo para abrir campos de agricultura, minería, caminos y poblados, lo cual reduce la infiltración que recarga las reservas subterráneas de agua. Además, se acentúa el escurrimiento en la superficie y aumenta la erosión del suelo, así como los derrumbes y deslaves.
  • Contaminando los cuerpos de agua y la atmósfera con materia o con energía, lo que altera los procesos de evaporación y precipitación, respectivamente.

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